La modificación del régimen cambiario de 2002 generó un tipo de cambio real competitivo, motor fundamental no sólo para la recuperación del nivel de actividad sino también para la generación de empleo.

El tipo de cambio real con Brasil retorna a los niveles del año 2001

23/10/2008
La modificación del régimen cambiario de 2002 generó un tipo de cambio real competitivo, motor fundamental no sólo para la recuperación del nivel de actividad sino también para la generación de empleo, permitiendo:

- El equilibrio de la economía a largo plazo
- Cuentas comerciales sean superavitarias y compatible con el alto endeudamiento externo argentino
- La generación de recursos para consolidar la sustentabilidad fiscal
- Señales de largo plazo como incentivo para la inversión, lo que implica asegurar la producción y el empleo nacional
- Desaceleración de la especulación contra la moneda nacional logrando que se utilice como unidad de cuenta de la economía, evitando el nocivo bimonetarismo
Sin embargo, a partir del año 2006 se aceleró la evolución de los costos que afronta la producción tanto en términos de insumos como de salarios, energía y costos financieros, lo que redujo fuertemente la competitividad cambiaria real. Esta realidad muestra que la competitividad precio de la industria gira en torno a los niveles de fines de 2001.
En medio de la crisis financiera internacional más profunda de los últimos tiempos, la reciente depreciación del conjunto de las monedas con relación al dólar (y junto a ello también contra el peso argentino), afectará a la producción y el trabajo nacional y se constituye en una amenaza para el superávit comercial.
La reciente depreciación del real brasileño en más de un 40% llevó al tipo de cambio real con Brasil al deteriorado nivel del año 2001.
Vale recordar lo que le costó al país en materia de exportaciones, producción y empleo la devaluación en un 60% del real hace tan sólo 10 años. De continuar esta situación, la evolución económica repetirá los problemas reiterados que ha mostrado nuestro país. En primer lugar, se desacelerará el ritmo de crecimiento (esto ya se está observando: de sustraer la industria automotriz y el sector de metales básicos, la industria hubiera crecido tan sólo cerca del 1,9% durante lo que va del año, esto antes de la crisis).
Luego comenzará a resquebrajarse la cadena de pago a proveedores, se ajustarán los ingresos del fisco (dada la merma en la recaudación de ganancias, IVA y Seguridad Social) para finalmente impactar en el mercado de trabajo. Todo esto en un marco donde caerá fuertemente el superávit comercial.

Unión Industrial Argentina 14 de Octubre de 2008

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